DIA 25: DE TONGA A FIJI (02-09-2017)

Después de estar 3 semanas en Tonga, aún me quedaban cosas que hacer. Habían cosas que no había averiguado y no podía irme del país sin solucionar estas dudas existenciales.

Así que como mi vuelo salía a las 4.30 de la tarde, pensé que sería buena idea hacer el tour extendido de “Ancient Village”. La excursión la contratas directamente con ellos son 75 TOP, si lo haces a través de la cafetería Friends, sube a 90 (solo consejito viajero…jaja).

Pero no empieza hasta las 10.00 y este cultivo inquieto tiene que hacer algo hasta esa hora. Se me ocurren dos cosas, la primera ir a la Digicel (una compañía de teléfono local) y os preguntareis que tanto interés tenía yo en esa tienda….pues bien, es que a los turistas nos dan de forma gratuita una tarjeta SIM con llamadas gratis, mensajes y algo de datos, además de tener un número local al que te pueden llamar.

Basicamente yo la utilicé por los datos, dado que la comunicación con Robin y demás, era a través del messenger del Facebook. También ofrecen un bono de 3 TOP para hacer llamadas internacionales durante 30 minutos, lo que está también muy bien para llamar a casa y decir que todo va bien.

Así que después de conseguir mi nueva tarjeta, me dirigí al mercado donde compre mi souvenir a precio muy conveniente.

Y en un momento se hizo la hora de volver al hotel a esperar que me recogieran. Y en 5 minutos estamos en la zona.

La excursión cultural la ofrece una familia del grupo de islas más al norte del país (Niua), donde la vida ha evolucionado poco, ya que no tienen luz eléctrica, ni agua potable. Todos sus recursos son los que provienen de la tierra, el mar, la lluvia…y la vida es muy básica.

El padre de la dueña hace años se mudó a Tongatapu y construyo el Fale (a modo tradicional) donde explican las técnicas que utilizan para distintas cosas.

Nada más llegar y tras esperar a todos los participantes nos dirigimos a la cocina. Nos explican a que dado que su cocción tradicional es en la tierra, suelen construir las cocinas separadas de la zona de la casa, dado que el humo pasa a todas las estancias.

Aquí nos hacen una demostración de como abrir un coco, rayarlo para sacar la pulpa y hacer leche de coco, y a preparar nuestra comida con hojas de plátano.

Nos explican de forma visual, como elegir un coco según el uso que queramos dar, si lo que queremos es beber su agua, mejor uno verde, si queremos comer su pulpa, mejor uno marrón marrón, pero a veces lo que queremos es "picar" entre horas, pues hay otro coco, al que llaman UTO, que al abrirlo está relleno, lo probamos pero es un poco "chicloso".

Nos comentan que en los tiempos de antaño, los cocos los rayaban con las conchas de las almejas, pero hoy en día lo hacen mejor con una herramienta de algún metal.

Para que las hojas de plátano sean más "manipulabas" es "ablandarlas" poniéndolas unos minutos al calor del fuego.

Por pareja preparamos nuestra comida: cogemos unas 5 hojas de ñame (las llaman espinacas tonganas), añadimos la carne o pescado (al gusto) un poco de cebolla, leche de coco recién obtenida y lo cerramos con la hoja de plátano ablandada y los "sellamos" con la parte inferior de la hoja.

Como la cocción va a llevar como una hora, dejamos a otra persona que se encargue y nos dirigimos al huerto, donde nos explican los distintos usos de determinadas plantas y árboles...

Nos cuenta que con las hojas del "bread fruit tree" preparar abanicos. Que el sándalo lo utilizan con repelente de mosquitos. Algunos remedios caseros: como mastican las hojas de algún árbol y luego las ponen en el odio cuando tienen una infección.

Tras las explicaciones, empieza la demostración del trabajo que realizan las mujeres tonganas. Y he de decir que me encantó esta excursión, porque pude dar respuestas a muchas dudas... durante muchos días había escuchado ruidos de golpes continuos, pero no sabía de donde provenían ni nada.

Ahora Jesica nos lo explicaría. En la forma tradicional, ponen 14 noches los troncos de un árbol (me dijo el nombre, pero tengo que confirmarlo para ponerlo correcto) en el agua del mar. Pasado ese tiempo, las mujeres (son normalmente las que hacen este trabajo) van al mar y sacan las partes externas del tronco. Posteriormente las dejan secar al sol y cuando están "listas" las empiezan a trabajar.

Las colocan en uns superficie rígida y empiezan a golpearlas con una "maza"y las van "estirando" .

Como al estirarlas mucho a veces se hacen agujeros, utilizan un pegamento natural (las raíces de casava hervidas).

Y nos muestran el resultado final del trabajo de muchos meses. Comenta que cuando una mujer tiene varios trozos de "tela"listos, avisa a otras mujeres y quedan un sábado en el que entre todas, hacen uno más grande.

Posteriormente toca el trabajo de la decoración. Para los colores también usan los colorantes naturales: el negro de la cocción de una parte del coco, el marrón lo obtienen de la tierra de Eua.

Como las mujeres no tienen

También nos enseñan como trabajan con las hojas de pandana. Estas las ponen a remojo en el agua del mar 7 días, después las seca al sol y las empiezan a manupular. Con ellas "tejen"

También nos enseñan las distintas indumentarias: las adecuadas para ir a misa (es la que yo llevo), las adecuadas para ir a un funeral y los trajes de boda.

Y cuando hemos terminado, como no, no podía faltar una sesión de Kava. Parece ser que el bol donde se realiza es algo diferente del que usan en Fiji….pero para comprobarlo tendré que esperar un poco, jeje.

Obviamente ya que estamos metidos en materia, toca probar un poco…..ay madre, pero que cosa más “asquerosa”….y como? se se me ha dormida la lengua? y solo he bebido dos sorbitos….bueno, visto lo visto, mejor no beber más….

Al rato ha llegado el momento de probar nuestro umu….

cada uno tiene su nombre y toca comer.

y al ratito camino al hotel, recojo las maletas y al aeropuerto.

La verdad que el taxista ha sido puntual (40 TOP), y no contaba con ello, de modo que llegué bastante pronto, y como hoy toca cambiar de país mejor gastar mis últimos TOPs. Compro unas postales, unas galletas, un capuchino, agua y a escribir el blog, que sigo con el retraso acumulado.

Pero en un momento, mi redacción se ve interrumpida porque veo a un montón de chicos guapos, todos vestidos de la misma manera, y ¿eso?, pues como ya llevo ahí un ratito y soy medio amiga de la chica de la cafetería, tras hacer una foto robada, le pregunto que si sabe quienes son, y me comenta que un equipo de rugby.

Resuelta mi curiosidad, vuelvo a lo mío, y las un rato, me doy cuenta que todo el mundo ha embarcado, así que me dirijo a pasar control y un hombre me para y me dice que tengo que pagar 100TOP por mi trolley…¿comorrrr? y ¿porque no me lo han dicho antes? Como ya todo el mundo ha embarcado, no es momento para hacer muchas preguntas….le pregunto si le puedo pagar con tarjeta y me dice que no….de modo que tengo que ir al cajero, sacar el dinero, volver, pasar el control de seguridad, cruzar los dedos para que no me hagan sacar nada (más que nada, porque luego no lo voy a poder guardar) y en un plis las ya estoy sentada en mi asiento.

Un recordatorio para futuros viajeros, la página oficial de Turismo puede ayudar a la planificación del viaje (www.tongaholiday.com)

Por delante tengo dos horitas hasta llegar a Fiji, o más correctamente a la República de Fiji. Nos dirigimos pues a otro archipiélago de unas 330 islas, pero yo tengo solo previsto visitar dos: Viti Lev, cuya capital es Suva, y Taveuni, una isla más pequeña, conocida como “the garden Island”.

Mi idea inicial era llegar y coger un autobús (por eso de ahorrar un poco en gastos), pero no había caído en la cuenta que iba a llegar casi al atardecer….de modo que esa opción no iba a ser la más adecuada.

En mis planes también estaban el de conseguir una tarjeta local para el móvil, así como comprar algo para cenar, pero una cosa es lo que uno planifica y otra es lo que uno puede hacer.

Al llegar al aeropuerto a las 5.30 pm hora local, todas las tiendas estaban cerradas, demoro que lo mejor era conseguir un taxi lo más pronto posible para que me llevara al alojamiento en Pacific Harbour, que viene siendo a una hora y algo del aeropuerto.

Se me acerca un señor que me pide 100 F$, pero yo le ofrezco 70 con la opción de llamarlo también para la vuelta, así cerramos el trato.

Durante el camino, no me dio tiempo a ver mucho, porque estaba oscureciendo. En cuanto llegamos, Lai me dio la bienvenida, y me enseñó la casa, mi habitación y me invitó a cenar (que bien porque yo ya me veía en la cama con el estómago vacío).